sábado, 22 de septiembre de 2007

22 DE SEPTIEMBRE DE 1866 BATALLA DE CURUPAYTY

Recuerdos del Coronel Juan Crisóstomo Centurión del ejército de la República del Paraguay:
"Antes de ausentarse del ejército en el mes de Febrero de 1867, Mitre deja al Marques de Caxias al mano de todo el ejército aliado y el 17 de abril de 1867 le envía una carta a Caxias con todas las directivas que pensaba debían llevarse a cabo. El acusar recibo el 30 de abril del mismo año, Caxias le responde a Mitre comentándole de los estragos del cólera morbus que hasta la fecha había matado ya 2.000 brasileros con un promedio de 30 víctimas diarias.
El plan de Mitre consistía en moviliza la mayor parte del ejército aliado desde Tuyutí a Tayucué para completar por tierra el sitio de la fortaleza de Humaitá. Una de las bases principales de este plan era Curupayty para evitar la comunicación libre de los vapores paraguayos por el río Paraguay, y tener garantizada el transito de vapores aliados.
El Marqés de Caxias había comenzado los preparativos para el movimiento de flanco en todo el mes de mayo y junio de 1867, pero recién el 22 de julio emprendió la operación, con una fuerza de 38.500 hombres de las tres armas.
El ejército brasilero primero siguió la costa del Paraná hacia arriba, y luego atravesó el bellaco en Paso-Canoa, donde chocó su vanguardia con la nuestra acaudillada por los Mayores Medina yRolón.
Por una mala inteligencia entre los jefes aliados, el ejército argentino marchó por la derecha del Bellaco sin que pudiese recibir ninguna ayuda del brasilero. Al Mariscal López no podía ocultársele el designio del enemigo, un ataque en ese momento hubiera acarreado la desmoralización de todo el ejército aliado, pero sucede que el ejército paraguayo estaba desprovisto de armas y estaba en inferioridad de número de hombres, pensó el Mariscal que la mejor estrategia era la defensa pasiva, ganar tiempo reconociendo el terreno.
El 25 de julio llegó el General Mitre y tomó el mando en jefe del ejército aliado, notando que se habían hecho cambios en su plan, y le reclamó al Marqués.
A medida que marchaba el ejército paraguayo iban colocando un telégrafo bajo tierra, con el alambre aislado sobre el surco que iban dejando con un pequeño arado, previniendo el movimiento enemigo el Mariscal ordenó la colocación de otra linea telegráfica desde Humaitá a Villa del Pilar, por si el enemigo cortaba los caminos no perderían comunicación. También había mandado el Mariscal a asaltar los convoy con víveres de los aliados para poder reponer las fuerzas de sus soldados que estaban vapuleados, así pudo el 10 de agosto gracias al Capitán Gonzales apoderarse de los víveres de alimento de dos convoy de aliados que estaban formados por carretas.
El General Mitre a fin de corregir la omisión del Marques de Caxias, de no mandar forzar el paso de Curupayty, el 5 de agosto ordenó que el paso fuese reforzado por la escuadra imperial. Un almirante brasilero calificó la operación de peligrosa y del paso como inútil. Después de algunas vacilaciones e informes parciales el General Mitre declaró que la operación Curupayty era posible, y la ordenó bajo su responsabilidad el día 12 de agosto, pero recién el 15 de ese mes diez acorazados, con bandera desplegada, forzaron a todo vapor la batería de Curupayty a las 7.30 minutos am. Los buques sufrieron daños de consideración, sobre todo el Tamandaré que al abrir una de las troneras para hacer fuego, le metieron los nuestros una bala que hirió al comandante y a 14 tripulantes, su máquina quedó inutilizable.
El pasaje de Curupayty por la escuadra imprial dejó por descubierto el hecho de que nuestra artillería era impotente contra los buques acorazados. el Mariscal trató de atenuar el efecto moral que pudiera producir aquella felíz operación, dijo que había dejado pasar la escuadra para luego rendirla por hambre, pues colocada entre Curupayty y Humaitá se creyó que los imperiales no podrían recibir provisiones, y que si intentaban repasar Curupayty le hecharía a pique.
Todo lo que hace a la ribera entre estos dos puntos es casi intransitable, excepto por una pequeña lonja de tierra firme que corre por la costa del río de un punto a otro. En medio entre la selva hay un pequeño claro donde el Mariscal puso un puesto de guardia con tres piezas, como los buques imperiales eran muy lento pudieron así darles muchos cañonazos."
A pesar de que contaban solo con algunos cañoncitos livianos pudieron moverlos de un lado a otro para poder derribar luego a la infantería enemiga que se animaría luego a atravesar ese terreno intransitable para poder ganar una batalla que creían sería facil. Pero no contaron los aliados con el conocimiento del terreno que tenían los soldados guaraní. Mitre planeó una ofensiva carente de inteligencia, los soldados paraguayos se adelantaban a sus pasos, pues era muy evidente su plan.
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BIBLIOGRAFÍA: MEMORIAS O REMINISCENCIAS HISTÓRICAS DE LA GUERRA DEL PARAGUAY. Juan Crisóstomo Centurión Tomo III capítulo I