martes, 24 de julio de 2007

24 DE JULIO ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE SOLANO LÓPEZ


"En medio de la calma ribeteada de negro, como acta de defunción, vino al mundo Francisco Solano López, el 24 de julio de 1826. Nacía a la vida mecido por el viento norte de la dictadura, y sus ojos al abrirse, sólo vieron penumbras de espeso celaje sobre las anchas y fértiles tierras de su patria.

Fueron sus padres Carlos Antonio López y la señora Juana Carrillo, unidos en legítimo y sacramentado matrimonio, gente de la aburguesada clase, de buen acomodo, sin ser todavía muy rica, llevando en su hogar existencia desabrida y tranquila, al cuidado de sus intereses privados y por completo ajenos a la vida pública o de simple relación mundana.

(...) De su padre aprendió Solano López las primeras letras, (...) desde temprana edad el chico despuntó por su genio independiente, rebelde como era a todo mandato que no emanara de su propia voluntad y refractario a toda autoridad ajena a la suya.

Más dado a correrla con los chiquillos de su misma cáscara, (...) que someterse a las duras disciplinas de sus lecciones diarias, le salvaba en última instancia su amor propio, porque el niño sentía ansias de aprender y no le desagradaba la compañía de los libros."*(1)


En su adolescencia tuvo varios profesores particulares que lo introdujeron, con mucha paciencia, al mundo de las artes, ciencias, literatura y todo lo necesario para convertirlo en el hombre intelectual que era, conocedor de varios idiomas y el arte de la estrategia y la guerra.

Desde la llegada de su padre al poder, comenzó su escalada en el mundo militar, consiguiendo por méritos propios y legados una brillante carrera, que lo llevaría a Europa, dónde su destino lo conduciría a forjarse con los ideales de Napoleón III, la carrera tecnológica y encontrarse con quien sería el amor de su vida, la irlandesa Elisa Alicia Lynch.


A la muerte de su padre, el congreso lo elije democráticamente como dignatario de su patria, llevando al Parguay hacia una gran carrera modernista, cosa que sentencia al país a muerte.


El Mariscal de los ejércitos de la Patria Grande, era sólo un hombre. Un hombre que cometió errores, tuvo fallas, de carácter increíblemente soberbio y engreído. Un hombre que cometió injusticias hasta con su propia gente, la gente que lo amaba y lo odiaba a la vez, que lo seguía con orgullo y temor de su mirada, que lo seguía hasta la muerte, sin dejar de pensar en escapar a los montes. Que lo seguía sabiendo que éste era la última esperanza, que en realidad éste era el corazón de su patria, y donde estuviera él, estaría la Nación guaraní.
Dentro de esta ambivalencia de sentimientos, no faltaron los que lo vieron como semidios, tampoco faltaron los que flagelan a diario su memoria llamándolo vil tirano, bárbaro descendiente de españoles degenerados(sarmiento). En esta ambivalencia me encuentro también, siendo consciente de sus crímenes. Era mejor guerrero que presidente, mejor amante que marido, mejor juez verdugo que hijo y hermano, mejor mártir que tirano. Pues cumplió su promesa y murió con su lema incrustada en las retinas:” Independencia o muerte”... este lema era el recordatorio grabado en el sable con el que defendió su vida y ni en el último minuto demostró pizca de humildad, ni cobardía. Cumplió con su promesa y murió con el sable en la mano.*(2)
FUENTE: *(1): Libro "Soldado de la gloria y del infortunio" de Arturo Bray. Cap 2 el hombre.
*(2): Fragmento de novela en preparación "Tierra Guaraní, cántaro de la sangre eterna". Cap 1 El Viacrucis de la Nación.

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